Un nuevo estudio de la Universidad MacEwan (Canadá), publicado en Frontiers in Psychology, ha conectado el consumo de productos lácteos—especialmente por las noches—con un aumento significativo de pesadillas.
Los investigadores encuestaron a 1.082 estudiantes, encontrando una “relación estrecha” entre la intolerancia a la lactosa (y otras alergias alimentarias) y la frecuencia o gravedad de las pesadillas.
De hecho, un sorprendente 40 % de ellos confirmaron que cenar tarde les afectaba al descanso, mientras que un 5,5 % llegó a reconocer que ciertos alimentos alteraban directamente sus sueños.
¿Por qué los lácteos disparan las pesadillas?
La explicación científica es clara: quienes son intolerantes a la lactosa sufren molestias digestivas (hinchazón, gases, calambres) al dormir. Estas “micro-despertares” interrumpen el sueño y predisponen a sueños más vívidos, angustiantes o extraños. “Las pesadillas son peores para las personas intolerantes a la lactosa que sufren síntomas gastrointestinales severos” ha aclarado el investigador Tore Nielsen.

¿Solo los lácteos? No, también los alimentos pesados
Aunque la leche es el gran protagonista de este trabajo, el estudio también señala a comidas copiosas, dulces y picantes como posibles causantes de mala calidad del sueño y sueños negativos. Además, cenar tarde puede agravar aún más estos efectos: comer justo antes de acostarse desajusta la digestión y compromete el descanso profundo.
Una de las curiosidades que se desprenden de este estudio es que las mujeres del estudio eran mucho más propensas a recordar sus sueños e informar de pesadillas, así como a reportar intolerancias. Un hallazgo relevante para entender cómo afecta la dieta al sueño según el género.
Recomendaciones de los expertos para evitar tener pesadillas
1. Evita lácteos y comidas pesadas por la noche. Cenando ligero (como proteínas magras y verduras) y al menos 3 horas antes de acostarte, reduces el riesgo de pesadillas.
2. Detecta intolerancias ocultas. Si sufres de gases, cólicos o hinchazón al dormir, es buen momento de hacer pruebas de intolerancia a la lactosa o alergias alimentarias.
3. Adopta hábitos saludables antes de dormir. Frutas, tés herbales o alimentos con triptófano (como avena o plátano) favorecen un sueño reparador, según otros expertos.
No todas las pesadillas tienen un origen psicológico: a veces, tu menú nocturno es el responsable. Reducir lácteos, dulces y cenas tardías en tu día a día puede marcar la diferencia entre dormir como un tronco o pasar la noche reviviendo espantos mentales.