Seguro que alguna vez te has parado frente a una máquina de vending a pillar una Coca-Cola o una chocolatina y te has preguntado: “¿Quién gana dinero con esto?”. Pues resulta que, aunque parezca que viven ahí por arte de magia, estas máquinas pueden ser un negocio bastante rentable. Pero, como todo en la vida, no es tan simple como parece.
Un emprendedor español, Adrián Martín, que se mueve entre TikTok y YouTube con soltura (casi 50.000 seguidores, ahí es nada), se ha metido de lleno a investigar el mundillo. Y lo ha hecho de la mano de ECR Balear, una empresa con más de 20 años en el sector. O sea, que saben lo que dicen. De hecho, se han convertido en tendencia.
Cuánto cuesta una máquina de vending
Para empezar, si quieres una de estas maquinitas, prepara entre 6.000 y 7.000 euros. No es precisamente barato, pero si la colocas en un buen sitio y consigue vender entre 10 y 15 productos al día, puedes amortizarla en menos de año y medio. Eso sí, no vale ponerla en el pasillo de tu casa y esperar milagros: la ubicación lo es todo.
¿Y cuánto se gana al mes? Pues, según ECR Balear, unos 1.500 euros por máquina. Suena bien, ¿no? Pero ojo, que ese dinerito se reparte entre el coste del producto, el propietario del espacio donde está la máquina, y tú, que haces de distribuidor. Vamos, que te quedan unos 500 euros limpios por máquina. De ahí que lo ideal sea tener varias repartidas por la ciudad.
Adrián lo dice claro: si vas en serio, hazte con unas 10 o 15. Y, como en todo, hay días de gloria y otros de “¿por qué puse esto en un polígono?”. No siempre aciertas con la ubicación, ni con lo que metes dentro.
¿Y qué es lo que más se vende? Nada nuevo bajo el sol: botellas de agua, refrescos de marca (sí, Coca-Cola sigue mandando), y dulces tipo chocolatinas. Curiosamente, la gente desconfía de las marcas blancas en las máquinas, aunque en el súper sí las compran. Cosas de la psicología del consumo, supongo.
En resumen: montar tu pequeño imperio de vending puede darte ingresos decentes y estables. Pero necesitas algo más que ilusión: inversión, cabeza y constancia. Eso sí, si lo haces bien, igual acabas viviendo de las máquinas que te dan chicles, chocolatinas… y libertad.
