¿Te has planteado alguna vez probar el nudismo en la playa? Tranquilo, no eres el único. Esa mezcla de libertad, sol y cero marcas del bañador tienta a más de uno. De hecho, para muchos es su estilo de vida.
Pero si te estás pensando lo de plantarte sin ropa en una de esas calas naturistas que pueblan la costa española, hay unas cuantas reglas no escritas (y otras que sí lo están) que conviene conocer. Vamos, que no vale llegar y ponerse en plan National Geographic.
Todo lo que debes saber antes de visitar una playa nudista por primera vez

El decálogo de reglas no escritas que conocen todos los asiduos a las playas nudistas y que debes conocer antes de adentrarte en una, reza lo siguiente:
- No te quites la ropa de golpe si no te sientes cómodo
Esto no es una carrera. Si es tu primera vez, puedes tomarte tu tiempo. Nadie te va a mirar raro si tardas unos minutos en decidirte. - Hablando de mirar: no lo hagas.
Mirar fijamente está totalmente fuera de lugar. Aquí la gente va a relajarse, no a sentirse observada. - Lleva una toalla. Siempre.
Te sientas donde te sientes, hay una norma básica: toalla debajo. Cuestión de higiene y respeto. - Nada de hacer turismo de mirón.
Si solo vas “a ver qué se cuece”, mejor quédate en la playa textil. Esto no es un zoo ni un espectáculo. - Respeta el entorno.
El nudismo va muy unido a la conexión con la naturaleza. Así que nada de dejar basura ni colillas en la arena. - Tu cuerpo está bien como está.
No hace falta tener tableta ni cuerpo de anuncio. Aquí se viene a aceptar el propio cuerpo, no a desfilar. - Cuando salgas, vístete.
El nudismo se practica solo en las zonas habilitadas. Salir de ahí tal y como viniste al mundo… puede costarte una multa. - Prohibido montar el fiestón.
Altavoces a todo volumen, gritos o “botellón nudista” no son bienvenidos. La paz aquí es sagrada. - Nada de fotos sin permiso.
Ni selfies casuales, ni fotos al paisaje si hay gente cerca. La privacidad es ley. - ¿Ligar? Mejor con ropa.
Si se da la conversación, genial. Pero acercarte a alguien desnudo “a ver qué pasa” suele ser un NO rotundo.
Ahora ya lo sabes. Si vas con respeto y cabeza, las playas nudistas pueden ser una experiencia de diez. Eso sí, deja los prejuicios en casa… y llévate protección solar. En serio.