Marcus Rashford no se rinde. El extremo inglés del Manchester United lleva semanas dejando claro, tanto a su entorno como al propio FC Barcelona, que está decidido a vestir de azulgrana la próxima temporada. Y ojo, porque no es solo un capricho de verano: Rashford ya ha dicho que pondrá de su parte todo lo que haga falta, incluso sacrificios económicos, para hacer realidad su sueño de jugar al fútbol en el Spotify Camp Nou.
Rashford, el plan B del Barça que podría pasar a ser plan A si falla Nico
A día de hoy, Rashford sabe que no es el primero de la lista para reforzar la banda izquierda culé. Luis Díaz y Nico Williams le llevan ventaja, sobre todo el jugador del Athletic, que además es coleguita de Lamine Yamal y tiene muy buen cartel dentro del vestuario. Aun así, el inglés se agarra a dos bazas: su precio podría ser más asequible y su predisposición a vestir la camiseta del Barça es total.
El propio jugador, que tiene contrato con el United hasta 2028, se ha tomado estos días un respiro en Marbella, pero con el móvil a mano esperando una llamada desde Barcelona. Durante la segunda mitad de la temporada 24-25 jugó cedido en el Aston Villa, donde sumó números nada malos: 11 goles y 9 asistencias en 41 partidos entre Villa y United. No está nada mal para alguien que busca relanzar su carrera en un club de primera línea mundial.

Rashford tiene claro que quiere seguir los pasos de algunos de sus ídolos, como Gary Lineker, que también dejó huella en el Barça, o mitos como Ronaldinho y Ronaldo. Y por si fuera poco, no esconde su fascinación por la nueva joya culé: Lamine Yamal, con quien no duda en interactuar siempre que puede en redes sociales. ¿Será su futuro compañero de vestuario?
Ahora mismo el club catalán tiene otras prioridades, pero la insistencia del británico podría acabar pesando. Su plan es aguantar todo lo posible la opción Barça antes de decidir si regresa al United o sigue un año más en la Premier. Unai Emery y su Aston Villa lo quieren de vuelta, pero Rashford no quiere dejar escapar su tren hacia el Camp Nou.
En un mercado loco y con unas arcas que no dan para tirar cohetes, un jugador de su talento, versátil (puede jugar de extremo por ambas bandas, mediapunta o incluso delantero) y comprometido, puede ser un bombazo si cuaja. Y él, por su parte, lo tiene claro: el sueño es azulgrana y no se va a rendir fácilmente. Veremos si Flick y Deco se lo compran.