Despertarse y salir disparado de la cama como si el mundo se fuera a acabar no es buena idea. Tu cuerpo lleva horas en modo reposo, en plan “no me molestes”, y lo último que necesita es que lo pongas a andar sin avisar.
Por eso hoy te traemos un plan que no requiere ni levantarte: unos cuantos estiramientos que puedes hacer desde la cama para empezar el día como un campeón (o al menos sin crujidos).
Los mejores ejercicios para estirar los músculos en la cama
Y no, no hablamos de posturas imposibles ni de convertir tu dormitorio en un gimnasio. Esto va de preparar tus músculos y articulaciones para lo que venga: ocho horas frente al ordenador, una clase de crossfit o simplemente sobrevivir al lunes.
Empezamos con lo básico: llevar las rodillas al pecho. Es como abrazarte a ti mismo por haber dormido sin drama. Súmale un giro de columna con las rodillas hacia los lados y ya estás liberando tensión como un yogui sin incienso.
Después, prueba a llevar una rodilla al pecho mientras la otra se relaja. Estiras espalda baja y flexores de cadera, dos zonas que sufren lo indecible si vives pegado a una silla.
Ahora sí, fuera de la cama. Un buen estiramiento de pecho con brazos por encima te abre la caja torácica y mejora la postura (sí, esa que llevas encorvada desde 2012).
Súmale un estiramiento lateral de cuello, ideal si tu jornada laboral consiste en mirar pantallas con cara de concentración perpetua.
Y si vas con ganas, puedes seguir con movimientos tipo “enhebrar la aguja”, estocadas contra la pared o el mítico “gato-vaca” del yoga, ese que parece tonto, pero te deja la espalda como nueva.
Lo importante no es hacerlos todos cada mañana, sino integrarlos de alguna manera en tu estilo de vida. Haz algunos, los que más te molen. Pero hazlos. Tu cuerpo se despereza, se activa la circulación y tú arrancas el día con otra energía (menos gruñón, más ágil). Y todo sin moverte más de un metro de tu colchón. ¿Quién da más?
