El misterio de la atracción humana ha fascinado a científicos durante décadas hasta el punto de trabajar en decenas de investigaciones que, recientemente, han comenzado a dar sus frutos revelando datos sorprendentes sobre lo que realmente atrae a las mujeres de los hombres.
Uno de los hallazgos más llamativos es que las caras masculinas que transmiten un aire de peligrosidad resultan especialmente atractivas. Esto, según el libro Dirty Minds: How Our Brains Influence Love, Sex, and Relationships de Kayt Sukel, se debe a que estos rostros activan zonas cerebrales vinculadas al miedo y la excitación, como el giro cingulado y el lóbulo parietal.
Rostros masculinos para aventuras y suaves para relaciones largas
Pero no todo es apariencia intimidante. Estudios recientes sugieren que los hombres con rasgos faciales más femeninos también pueden ser atractivos, especialmente en contextos de relaciones a largo plazo.
Esta dualidad se explica por la evolución: mientras que las caras masculinas se asocian a buena genética, los rasgos más suaves se perciben como indicativos de ser un buen compañero y padre, lo que se convierte en una ventaja en términos de cuidado y estabilidad.
Las mujeres se sienten atraídas por los hombres que se mueven seguros
Más allá del rostro, la forma de moverse juega un papel crucial. Según un estudio realizado en bares, los hombres que usaban movimientos amplios y se apropiaban del espacio eran considerados más atractivos. Extender los brazos, apoyarse con seguridad o mantener una postura abierta puede dar la impresión de confianza y dominancia. Además, el contacto físico, como abrazar a otros hombres o tocar con naturalidad, también se asocia con un mayor éxito social.

Por otro lado, establecer contacto visual es esencial antes de cualquier acercamiento. Las mujeres se sienten incómodas cuando un hombre se aproxima sin haber cruzado miradas previamente. También es importante evitar acciones como rascarse o sacudir la ropa, ya que estas acciones denotan nerviosismo y falta de seguridad.
Los estudios más recientes han puesto de manifiesto que los hombres dominantes, pero educados, con un estilo de vida que denote que se cuidan y que muestran confianza en sí mismos, desprenden un atractivo que engancha a las mujeres,