Hay cosas que uno prefiere no pensar demasiado, y el Alzheimer es sin duda una de ellas. Pero aunque no sea un tema cómodo, lo cierto es que cuanto antes se detecte, mejores serán las opciones para frenarlo.
Así que, si te has pillado alguna vez yendo a la cocina sin recordar por qué, sigue leyendo. No todo olvido es inocente.
Síntomas tempranos que alertan del alzheimer
El doctor Daniel Amen, psiquiatra estadounidense y experto en salud cerebral, ha identificado cuatro señales clave que podrían servir de alerta temprana. Ojo: no son para entrar en pánico, pero sí para estar atentos y, llegado el caso, consultar con un profesional.
Memoria que hace aguas (y no es por despiste)
La más evidente de todas. Según el doctor Amen, el 80 % de las personas con Alzheimer presentan un deterioro de la memoria que puede remontarse incluso a una década antes del diagnóstico. No hablamos de olvidar dónde dejaste las llaves una vez, sino de una frecuencia que empieza a llamar la atención. Si tu entorno empieza a notar que “ya no eres el de antes”, toca levantar la ceja.
Juicio nublado e impulsividad
Tomar decisiones raras o lanzarse sin pensar puede ser más que un mal día. Muchas personas con Alzheimer temprano comienzan a mostrar menos filtro, lo que se traduce en comentarios fuera de lugar o decisiones poco coherentes.
Atención mínima
¿Te cuesta seguir una conversación larga? ¿Saltas de tema en tema y te pierdes fácilmente? Esa bajada de concentración también puede ser una de las señales que avisan de que algo no va bien.
Mal humor crónico y depresión
No se trata solo de estar un poco más gruñón. Un cambio notable y mantenido en el estado de ánimo —más tristeza, apatía o incluso ansiedad— también es una bandera roja a tener en cuenta.
Y sí, el Alzheimer no tiene cura (de momento). Pero eso no significa que no haya nada que hacer. Lo importante es pillar estos síntomas a tiempo y actuar. Evitar factores de riesgo como el sedentarismo, el aislamiento social, el tabaco o la hipertensión puede marcar la diferencia. En otras palabras: moverse, socializar y cuidar la cabeza es una apuesta segura para todos.
El mensaje es claro: ante la más mínima noticia de posible aparición, más vale una visita al médico de más que de menos. Porque cuando se trata del cerebro, no hay que dejarlo para mañana.
