Cinco grandes premios y cero puntos. Ese es, por ahora, el frío balance de Fernando Alonso en la temporada 2025 de Fórmula 1.
Una situación que recuerda, inevitablemente, a años muy duros de su carrera como 2015 o 2017, aunque esta vez no es la fiabilidad del monoplaza lo que le lastra, sino la falta de rendimiento puro.
El AMR25 de Aston Martin está lejos de ser competitivo: no destaca en ningún tipo de curva, no tiene velocidad punta y apenas logra medirse con equipos como Sauber o Racing Bulls.
La petición de Alonso a Aston Martin
Desde dentro del box británico, la sensación es de estancamiento. Así lo expresó el propio Alonso durante el fin de semana del Gran Premio de Arabia Saudí, donde acabó 11º: “Necesitamos algo de la fábrica, no de la pista. Se nos han terminado las ideas”, confesó al diario AS. Con la vista ya puesta en el cambio de normativa de 2026, existe el riesgo de que el desarrollo del coche actual se congele.
Lo que pide Alonso no es menor: medio segundo por vuelta. Esa es la brecha con la zona media-alta de la parrilla. Sin embargo, el asturiano no pierde del todo la fe. “Hemos visto a otros equipos desbloquear grandes mejoras de golpe. McLaren lo hizo hace dos años, también Mercedes o Alpine. A veces montas una pieza nueva y todo cambia. Esa es la esperanza”, señala.
Pero la realidad es terca. En clasificación, entrar en Q2 ya es un logro, y las carreras parecen un ejercicio de supervivencia más que una lucha por los puntos. “Siempre salimos pensando que nos quedamos en Q1”, admite Alonso. Incluso rivales como Liam Lawson se sorprenden de ver al español colarse entre los 15 primeros: “¿Cómo haces para meterte en la Q2?”, le preguntó el neozelandés. “¡Nunca nos tienen en sus previsiones!”, responde entre resignación e ironía.
Con escasas señales de evolución a corto plazo, la temporada se presenta larga para Alonso. Pero si algo ha demostrado el piloto asturiano en sus más de dos décadas en el paddock es que nunca deja de pelear. Y aunque por ahora solo pueda recoger las sobras que otros dejan sobre la pista, confía en que una sola pieza lo pueda cambiar todo.
