Puede parecer un gesto simple e inofensivo, pero aceptar o rechazar un vaso de agua durante una entrevista de trabajo dice mucho más de ti de lo que imaginas.
Esta curiosa práctica, que se ha vuelto tendencia, conocida como la “prueba del vaso de agua”, se ha convertido en tendencia en los procesos de selección y ha llamado la atención tanto de candidatos como de expertos en recursos humanos.
¿Qué es la prueba del vaso de agua en las entrevistas de trabajo?
El objetivo de esta prueba es analizar la reacción natural del entrevistado ante una situación aparentemente trivial, y, sobre todo, observar su comportamiento no verbal. Aunque pueda parecer una cortesía, en realidad es una herramienta más para detectar cómo se desenvuelve el candidato ante los pequeños detalles: cómo responde ante lo inesperado, si mantiene la compostura o si muestra rasgos de nerviosismo, inseguridad o incluso descuido.
Aceptar el vaso y beber con tranquilidad puede transmitir confianza, adaptación y autocontrol. En cambio, rechazarlo sin dar una razón clara puede interpretarse como incomodidad o tensión. Pero eso no es todo. Si accidentalmente derramas agua y decides limpiar la mesa por tu cuenta, estarías mostrando un gesto de responsabilidad y proactividad, dos cualidades muy valoradas en cualquier entorno profesional.

También importa el cómo. Coger el vaso con firmeza, pero sin rigidez, beber a un ritmo natural y devolverlo con cuidado puede reflejar una personalidad equilibrada, observadora y segura de sí misma.
Aunque esta prueba no es definitiva ni sustituye la evaluación técnica o curricular, sí forma parte del conjunto de impresiones que los entrevistadores recogen para tomar una decisión. Al final, no se trata de beber o no beber agua, sino de cómo te enfrentas a una situación tan cotidiana y, al mismo tiempo, tan reveladora.
Así que ya sabes, si en tu próxima entrevista te ofrecen un vaso de agua… tómatelo con calma. Podría ser mucho más importante de lo que crees.