Si alguna vez has ido al campo de prácticas y te has puesto a golpear bolas una tras otra sin pensar demasiado, no estás solo. Pero según Martin Chuck, uno de los 100 mejores instructores de golf según Golf Magazine, esa rutina podría estar saboteando tu progreso.
En una reciente aparición en el podcast “Please Let Us Golf”, Chuck compartió una anécdota reveladora. Le preguntó al exjugador profesional Hal Sutton si cambiaría algo de su carrera. Sutton confesó que, de poder hacerlo, habría golpeado menos bolas y se habría centrado más en swings conscientes, juegos cortos y en entender mejor su técnica.
El error más repetido entre los aficionados al golf
Este enfoque reflexivo es precisamente lo que Chuck recomienda a sus estudiantes. Observa que muchos aficionados golpean bola tras bola sin detenerse a analizar el resultado. En el campo de prácticas, golpean una bola, mantienen las manos en el palo, toman otra bola y repiten. Pero en el campo real, no tienen la oportunidad de repetir un tiro inmediatamente.
Chuck sugiere que, después de cada golpe, los jugadores ed golf deberían “enfundar” el palo, es decir, dejar que el palo gire alrededor del cuerpo y luego soltarlo, incluso hacer un giro al estilo Tiger Woods si lo desean. Este gesto no solo añade estilo, sino que también ayuda a internalizar el resultado del golpe.

La clave está en aprender de cada tiro, ya sea bueno o malo. En lugar de apresurarse a golpear la siguiente bola, los jugadores deberían reflexionar sobre lo que sintieron, lo que salió bien o mal, y cómo pueden mejorar. Cada golpe ofrece una oportunidad de aprendizaje que no debe desperdiciarse.
Así que la próxima vez que estés en el campo de prácticas, recuerda: no se trata de cuántas bolas golpeas, sino de cuánto aprendes de cada una. Haz cada golpe con intención, reflexiona y, si te sientes inspirado, añade un giro elegante al final.