El FC Barcelona enfrenta una de sus crisis institucionales más profundas en los últimos años. Joan Laporta, presidente del club, se encuentra en el centro de una tormenta generada por grupos de opinión y oposición, que exigen su dimisión inmediata o, en su defecto, que se someta a una cuestión de confianza.
Estas demandas van mucho más allá del fútbol y surgen como respuesta a lo que describen como una gestión deficiente y decisiones cuestionables que han afectado la imagen y el funcionamiento del club.
La oposición a Laporta, más unida que nunca frente a Junta Directiva del Barça

Entre las críticas dirigidas a la actual administración se encuentran:
- Gestión financiera opaca: Acusan a la Junta de ignorar el criterio del auditor al aprobar las cuentas del ejercicio 23/24, evitando reconocer pérdidas ordinarias.
- Decisiones polémicas: Se señala una comisión controvertida en la renovación del contrato con Nike y la tentativa de contratar a un jugador de baloncesto de dudosa reputación utilizando prácticas cuestionables.
- Negligencia administrativa: La demora en la inscripción de jugadores como Dani Olmo y Pau Víctor, pese a contar con meses para resolverlo, ha generado incertidumbre.
- Cesión de derechos: La venta de derechos a empresas de países con los que, según promesas electorales, no se realizarían acuerdos ha causado indignación.
- Conflicto con la grada de animación: La falta de diálogo para resolver tensiones ha perjudicado la cohesión social del club.
Exigencias de los grupos de oposición a Laporta
Ante esta situación, diversas plataformas como Sí al Futur y Som un Clam han unido fuerzas para exigir:
- La dimisión inmediata de la Junta Directiva para dar paso a una nueva etapa con mayor profesionalización.
- Una cuestión de confianza, en caso de que no se concrete la dimisión, para que los socios evalúen la gestión actual.
- Activación de un voto de censura como última medida, lo que implicaría un proceso complejo pero necesario para preservar el futuro del club.
El FC Barcelona se encuentra en un momento crucial. Los socios y aficionados esperan que las decisiones que se tomen prioricen el bienestar y la estabilidad de la entidad. El lema electoral de Laporta, “Estimem el Barça”, es ahora un recordatorio constante de las expectativas incumplidas.