La Fórmula 1 sigue evolucionando, y con ella, las estrategias de los equipos para ganar velocidad en la pista. Sin embargo, cuando estas innovaciones rozan los límites del reglamento, la FIA interviene.
Es el caso del llamado “mini DRS“, un sistema que McLaren utilizó en 2024 y que ahora ha llevado a la Federación a reforzar aún más sus normativas para la temporada 2025.
Las ayudas del Mini DRS
Todo comenzó en el Gran Premio de Azerbaiyán del año pasado, cuando las cámaras de televisión captaron un detalle llamativo en el alerón trasero de los McLaren. Se trataba de una pequeña abertura que, sin activar el DRS convencional, ofrecía una ventaja aerodinámica en ciertas zonas del circuito. Aunque la FIA lo prohibió de inmediato, la polémica no quedó ahí.
Durante la pretemporada de 2025, en Baréin, surgieron nuevas sospechas. Ferrari y McLaren parecían haber desarrollado sistemas alternativos que, de algún modo, replicaban el efecto del mini DRS. Para esclarecer la situación, la FIA instaló cámaras especiales para monitorizar los alerones de los monoplazas y confirmar si se estaba vulnerando la normativa.
Un nuevo ajuste en el reglamento de la F1
La investigación arrojó resultados contundentes y, para evitar cualquier vacío legal, la FIA ha decidido actualizar el artículo 3.15.17 del reglamento técnico. La modificación reduce drásticamente la tolerancia permitida en la flexión del alerón trasero.
Hasta el GP de Australia, la normativa permitía una separación de hasta 2 mm entre el ala móvil y el plano principal cuando se aplicaba una carga de 750 N con el coche detenido. Sin embargo, con la nueva regla, ese margen se reduce a solo 0,5 mm, es decir, un recorte del 75% en la tolerancia estructural.
Este endurecimiento busca eliminar cualquier posibilidad de que los equipos generen ventajas aerodinámicas fuera de la normativa. Aunque ningún equipo en particular ha sido señalado, se espera que esta restricción afecte especialmente a McLaren, que había encontrado en este sistema una forma de ganar velocidad en recta sin activar el DRS convencional.

El efecto del DRS en la F1 es clave, ya que permite una diferencia de velocidad significativa entre el momento en que está activado y cuando no lo está. En Australia, los mejores equipos lograron una ganancia media de 23 km/h gracias a su sistema DRS. Ahora, con esta nueva directiva, la capacidad de optimización de los alerones será más limitada, afectando el rendimiento aerodinámico general.
Con esta medida, la FIA busca garantizar que la competición sea lo más equitativa posible, reduciendo la posibilidad de que algunos equipos encuentren formas de obtener ventajas fuera del reglamento. El GP de China marcará el primer gran test para esta nueva norma y revelará qué equipos deberán ajustar sus estrategias para seguir en la pelea por el campeonato.