Imagina que, en lugar de cohetes futuristas o naves espaciales, decidiéramos subirnos a un avión comercial para irnos de vacaciones a otro planeta. Hagamos este juego de entretenimiento.
Sí, un Boeing 747 rumbo a Marte, con su carrito de bebidas, las pelis de a bordo y esa azafata que te recuerda que pongas el asiento recto. Pues bien, alguien ha hecho las cuentas y los resultados son tan surrealistas que rozan la comedia.
El tiempo que se tardaría en llegar a otros planetas en avión
El cálculo se ha hecho con una velocidad máxima de 900 km/h, lo que alcanza un avión convencional. Y aunque pueda variar un poco dependiendo de las órbitas, la conclusión es clara: la mayoría moriríamos antes de llegar.
Para que te hagas una idea:
• Venus: 5,2 años de vuelo. Vamos, que te da tiempo a ver todas las series de Netflix… dos veces.
• Mercurio: 11,5 años. Saca el Monopoly y resérvate unas cuantas mudas.
• Marte: 9,9 años. El destino favorito de Elon Musk, pero en versión Ryanair cósmico.
• Júpiter: 79,6 años. Si sales de bebé y sobrevives al catering del avión, igual llegas con bastón.
• Saturno: 161,6 años. Lo más cerca que estarías de los anillos sería en las fotos del manual de seguridad.
• Urano: 345 años. La humanidad entera cambia de idioma antes de aterrizar.
• Neptuno: 552 años. Básicamente, un viaje solo de ida para varias generaciones.
¿Y la Luna? Pues sorprendentemente más “cerca”. Con sus 384.000 kilómetros, en un avión tardaríamos unas tres semanas. Lo mismo que unas vacaciones largas en el Caribe, pero sin chiringuito.
Evidentemente, todo esto es un juego de números y curiosidad. No hay avión en el mundo capaz de soportar semejante viaje. Pero estos cálculos nos ponen en perspectiva lo ridículamente grande que es el sistema solar.
Así que ya sabes: la próxima vez que te quejes porque tu vuelo a Nueva York dura 8 horas, piensa que para llegar a Neptuno necesitarías que tu tataranieto terminase el trayecto por ti.
