El mundo de la lucha libre mexicana está de luto tras la partida de Miguel Ángel López Díaz, conocido internacionalmente como Rey Misterio Sr., quien falleció este viernes 20 de diciembre a los 66 años.
Una muerte que marca el fin de una era en la lucha libre y sobre la que se ha escrito mucho, a menudo contradiciéndose sobre las posibles causas de la muerte. De momento, la causa sigue siendo un misterio.
Confirmación de la muerte del Rey Mysterio
La noticia fue confirmada por su hijo, quien compartió un mensaje emotivo en redes sociales: “Amigos y familiares, lamento comunicarles que mi Sr. Padre, Miguel Ángel López Díaz, Rey Misterio Sr., falleció hoy por la mañana. Se les mantendrá al tanto. Gracias”.

Aunque no se han revelado detalles sobre la causa de su fallecimiento, el impacto de su pérdida se ha sentido profundamente entre fanáticos, compañeros y luchadores que crecieron admirándolo.
El nacimiento de una leyenda
Rey Misterio Sr. inició su carrera en 1976 en su natal Tijuana, Baja California. Aunque inicialmente se inclinó hacia el boxeo, una lesión lo llevó a explorar la lucha libre, donde encontró su verdadera vocación.
Su estilo técnico, combinado con una habilidad única para narrar historias a través de sus movimientos en el cuadrilátero, lo convirtió rápidamente en un ícono.
Una influencia internacional
Su talento no se limitó a los cuadriláteros de México. En 1990, Rey Misterio Sr. representó a su país en el prestigioso evento Starrcade de la World Championship Wrestling, uniendo fuerzas con Konnan para llevar el estilo de lucha mexicana a un escenario global. Este hito destacó su capacidad para trascender fronteras y llevar la esencia de la lucha libre mexicana a nuevas audiencias.
Un legado eterno
La figura de Rey Misterio Sr. no solo representa la excelencia en el ring, sino también la dedicación a forjar nuevas generaciones. Su influencia seguirá viva en los luchadores que entrenó y en los fanáticos que lo vieron transformarse en una leyenda. Hoy, la lucha libre despide a un gran maestro, pero su historia permanecerá escrita en cada esquina del cuadrilátero.