Los okupas ya no fuerzan la puerta: como apuntan las últimas noticias, ahora ponen candados para ver si te has mudado o te has ido de vacaciones. Y si nadie los quita, entran a vivir como si fuera suya. Así de fácil, así de preocupante.
La policía ha dado la voz de alarma. El truco más usado ahora por los okupas es colocar un candado nuevo, incluso con cadena o cerradura distinta. Luego esperan unos días. Si nadie lo quita, dan por hecho que está vacía… y entran. Y una vez dentro, desalojarlos puede convertirse en una auténtica pesadilla legal.
¿Qué hacer si ves un candado que no debería estar?
Los agentes lo tienen claro: avisar de inmediato. Nada de tocar por tu cuenta ni enfrentarte a nadie. Llama al 112, o al número local de tu comisaría. Y si eres vecino, mejor aún: graba desde una distancia segura y avisa al dueño. Ese gesto puede evitarle un infierno.
La ocupación, más común de lo que parece La diferencia legal es importante. Si te ocupan una segunda residencia, es usurpación. Pero si se trata de tu vivienda habitual, hablamos de allanamiento de morada, y ahí la policía puede actuar de inmediato. El problema es que muchas veces, cuando se actúa, ya es tarde.
Consejos para evitar que okupen tu casa
- Echa la llave siempre, incluso para salir 5 minutos.
- No anuncies tus vacaciones en redes sociales.
- Pide a un amigo que suba persianas o recoja el correo si te vas.
- No señales que la casa está vacía. Ni buzones llenos, ni luces apagadas 24/7.
- Invierte en cerraduras buenas, cámaras y alarmas.
- Mantén buena relación con los vecinos. Son tus mejores aliados.
Y si tienes propiedades vacías, además de seguir estos consejos, ni se te ocurra subir su ubicación a internet o dejar señales visibles de abandono. Eso es como poner un cartel que diga: “Entra, está libre”.
En muchos casos, es un vecino el que ha evitado la ocupación con una simple llamada. Así que si ves algo raro —candados nuevos, cambios en cerraduras, cadenas o gente sospechosa entrando— no te lo pienses. Tu llamada puede marcar la diferencia. Y recuerda: más vale prevenir que desalojar.