Hacer amigos de adulto puede parecer misión imposible. Entre el trabajo, las rutinas y las responsabilidades, eso de conocer gente nueva muchas veces se queda en la lista de pendientes eternos.
Pero ojo, que según los expertos no todo está perdido: existen frases y pequeños gestos que pueden abrir la puerta a nuevas amistades mucho más rápido de lo que imaginas.
¿Por qué es tan difícil hacer amigos de mayores?

De niños era facilísimo: te sentabas al lado de alguien en clase y listo, ya tenías colega para el recreo. En la universidad bastaba con preguntar en qué aula era el examen para acabar compartiendo apuntes. Pero en la edad adulta, sin esos escenarios naturales y otro lifestyle completamente diferentes, el primer contacto se vuelve mucho más complicado. Y la mayoría nos quedamos bloqueados en ese punto.
La doctora Marisa Franco, psicóloga y experta en relaciones de amistad, lo explica muy claro: el secreto está en romper el hielo con algo que tengamos en común, aunque sea mínimo.
La frase que nunca falla para empezar a hacer amistades
Según Franco, la forma más sencilla de arrancar una conversación es hacer un cumplido específico sobre algo que lleve la otra persona. Puede ser una camiseta, unas zapatillas o incluso la funda del móvil. La clave está en acompañarlo de una pregunta:
👉 “Me encanta esa camiseta, ¿dónde la has conseguido?”.
Simple, directo y sin vueltas. Lo bueno es que no solo halagas al otro, sino que le das pie a contarte algo personal. Y a partir de ahí, la charla puede fluir hacia intereses, aficiones o experiencias compartidas.
Cómo mantener la conexión con las nuevas amistades
El primer paso es importante, pero igual de clave es saber escuchar y mostrar interés real. No se trata de hacer un interrogatorio, sino de ir construyendo poco a poco una conversación que resulte cómoda para ambos. Esa es la base de cualquier amistad duradera.
Además, recuerda que no todos los intentos se convertirán en mejores amigos para siempre, y no pasa nada. Lo esencial es abrir la puerta a nuevas interacciones.
La próxima vez que quieras acercarte a alguien y no sepas cómo, prueba este truco. No tienes que ser el más extrovertido del grupo ni tener un discurso preparado. Con un simple cumplido-pregunta puedes desencadenar una conexión que, quién sabe, quizá termine siendo una de esas amistades que te acompañen toda la vida.