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El temor a un conflicto a gran escala, incluso nuclear, ha vuelto a colarse en la conversación pública. Con la guerra de Ucrania como telón de fondo en las noticias y la tensión creciente entre Rusia y la OTAN, cada vez más países europeos están tomando medidas preventivas.

En España, aunque el riesgo aún parece lejano, empieza a surgir una preocupación creciente: ¿existen búnkeres en nuestro país? ¿Estamos preparados?

Los refugios nucleares y búnkeres más seguros de España

Lo cierto es que España cuenta con muy pocos refugios antinucleares públicos. Solo hay constancia de cuatro instalaciones oficiales con ese nivel de protección: el Palacio de La Moncloa, con un búnker subterráneo de tres niveles; la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, con capacidad para 600 personas; el histórico refugio de El Capricho, utilizado durante la Guerra Civil; y el Hotel Ébora en Talavera de la Reina, que alberga uno de los búnkeres más grandes del país.

A estos hay que añadir otros refugios antiguos repartidos por el territorio, como los del Carmel y Santa Susana en Barcelona, Villa del Río en Córdoba, Los Muertos en Almería, o el de Santa Úrsula en Tenerife. Sin embargo, la mayoría no fueron diseñados para soportar un ataque nuclear moderno y carecen de actualizaciones.

Ante esta escasez, la demanda de búnkeres privados ha crecido notablemente desde el inicio de la invasión rusa. Empresas especializadas han recibido un aluvión de peticiones, especialmente en zonas de alto poder adquisitivo como Somosaguas, Majadahonda o Sant Cugat. El precio, sin embargo, es una barrera importante: construir un refugio para 25 personas puede superar los 60.000 euros, sin contar excavaciones ni acabados.

¿Vale la pena plantearse uno? Todo depende del nivel de preocupación de cada cual, pero si algo está claro es que los refugios no son cosa del pasado. En un contexto internacional cada vez más inestable, la preparación vuelve a estar sobre la mesa.

Con la llegada del buen tiempo, los días se alargan, las chaquetas empiezan a sobrar y, como cada año por estas fechas, toca mover las agujas del reloj. Sí, hablamos del cambio al horario de verano 2025, una cita habitual que nos acompaña cada primavera. Y aunque ya muchos lo hacen automáticamente desde el móvil, no está de más saber cuándo ocurre y por qué seguimos haciéndolo.

La fecha marcada en el calendario este año es la noche del sábado 29 al domingo 30 de marzo. Justo en ese salto de madrugada, cuando el reloj marque las 2:00 h, pasaremos directamente a las 3:00 h. O lo que es lo mismo: dormiremos una hora menos, pero ganaremos luz por la tarde. En Canarias, como siempre, será una hora antes: de la 1:00 h a las 2:00 h.

¿Y por qué seguimos haciéndolo? Pues aunque lleva años sobre la mesa el debate de eliminarlo, la realidad es que en Europa aún no se ha tomado una decisión definitiva. En 2019 se propuso dejar de cambiar la hora, pero distintos factores como el Brexit o la pandemia han ido aplazando cualquier acuerdo. Así que, al menos hasta 2026, toca seguir ajustando los relojes dos veces al año.

Lo bueno es que, una vez adaptado el cuerpo al cambio, las tardes más largas invitan a salir, hacer planes y aprovechar la luz natural. Así sucederá hasta que llegue la noche más larga del año, una vez más, coincidiendo con la festividad de San Juan.

Cuándo empieza el verano en España (2025)

Y por cierto, aunque el horario de verano arranca a finales de marzo, el verano como estación no empezará oficialmente hasta el 21 de junio a las 22:42 h. Pero mientras llega, ya puedes ir pensando qué vas a hacer con esas horas extra de sol que se nos vienen encima.