La cerveza sin alcohol se presenta como la alternativa más “ligera” y socialmente aceptable frente a la versión con alcohol. Sin embargo, un reciente estudio internacional —con investigadores de Alemania y Estados Unidos y publicado en Nutrients— ha sacado a la luz varios inconvenientes que deberías conocer antes de descorchar otra botella.
Estudio sobre el consumo de cerveza sin alcohol revela riesgos de su consumo
En un experimento controlado con 44 hombres jóvenes, un grupo bebió dos botellas diarias (660 ml) de distintos tipos de cerveza sin alcohol durante un mes, mientras otro grupo se limitó a beber agua. Los resultados fueron contundentes:
- La cerveza sin con limón y la de trigo elevaron significativamente la glucosa en sangre, niveles de insulina, péptido C y triglicéridos.
- En cambio, la pilsner sin alcohol mostró un perfil mucho más benigno: redujo el colesterol total y LDL, sin alterar la glucemia.
- El principal culpable son los azúcares y edulcorantes añadidos, que vuelven estas cervezas en una bomba glucémica encubierta.
Riesgos reales para tu salud
Beber cerveza sin alcohol no es inofensivo. El consumo diario puede:
1. Aumentar la glucosa y resistencia a la insulina, abriendo la puerta a la diabetes tipo 2.
2. Disparar los triglicéridos y colesterol LDL, deteriorando tu perfil cardiovascular.
3. Inyectarte calorías vacías: muchas botellas superan las 140 kcal, casi como una cerveza con alcohol.
Dicho esto, es importante señalar que no todas las opciones son iguales. Así lo confirma este estudio dejando claro que:
- Las pilsner sin alcohol, con bajo contenido de azúcar, no alteran negativamente los marcadores metabólicos; de hecho, pueden mejorar el colesterol LDL.
- Si vas a tomar cerveza sin alcohol, optar por pilsner o buscar versiones sin azúcares añadidos es clave.
Sí, es genial evitar el alcohol y sacarlo de tu estilo de vida, pero no es excusa para confiar ciegamente. Si tu opción es la cerveza sin alcohol:
- Lee la etiqueta: azúcar añadido = más riesgos.
- Dale el OK solo a las pilsner sin azúcar.
- Y recuerda: lo “saludable” no siempre es lo mejor si viene camuflado bajo etiquetas engañosas.
Ten por seguro que la próxima ronda merece una revisión más crítica. Tu metabolismo te lo agradecerá.
