El Sevilla FC está viviendo una de esas etapas de novela, con giros de guion, alianzas inesperadas y la afición mirando de reojo cada movimiento de despacho. Entre los nombres propios de este culebrón sobresale uno con fuerza de huracán: Antonio Lappí. Empresario de éxito, inversor inquieto y, según su socio Federico Quintero, principal candidato para poner patas arriba el organigrama del club.
Lappí quiere comprar ya el Sevilla FC
Federico, sin cortarse ni un pelo, soltó la bomba en el podcast Entre Pérdidas y Ganancias: “Si los actuales accionistas quieren vender, hay alguien que quiere comprar: Lappí. Tiene dinero, tiene capacidad y, si se da la oportunidad, su objetivo es ser presidente del Sevilla”. Así de clarito. Y no es humo: Lappí ya posee un buen puñado de acciones, lo que lo sitúa como uno de los jugadores clave si finalmente se abre la puerta a un cambio de manos en Nervión.
Para entenderlo bien, hay que rebobinar. El Sevilla está partido entre dos Del Nido —el padre, máximo accionista, y el hijo, presidente— que mantienen su pulso de poder eterno. Pero mientras ellos se tiran dardos en juntas de accionistas, la conocida como Tercera Vía crece como alternativa que seduce a buena parte de la afición, cansada de guerras familiares y deseosa de un rumbo renovado. Y ahí entra Lappí: empresario, discreto hasta hace poco y, según Quintero, “brillante y rodeado de gente que haría mucho bien al club”.
Pero la hoja de ruta de este grupo no se detiene ahí. Federico dejó caer otro bombazo: irán a por Monchi. Sí, Monchi. El Rey Midas de la secretaría técnica sevillista, exiliado ahora en Aston Villa, pero considerado por todos la pieza maestra de los mayores éxitos recientes del club. “Es la persona más importante en la historia del Sevilla. Yo quiero que vuelva, Antonio también y todo sevillista quiere lo mismo”, remató Quintero, sabiendo perfectamente que esa ficha puede ser la llave maestra para que la ‘Tercera Vía’ cale entre los socios más escépticos.

Ahora bien, la jugada no es sencilla. Por mucho dinero que haya —y según dicen, lo hay—, convencer a algunos accionistas de que vendan no será fácil. Ni atraer de nuevo a Monchi si no ve un proyecto sólido, menos aún dejando atrás la Premier League. Pero lo que sí parece claro es que la Tercera Vía no está para bromas: quieren un Sevilla grande, estable y libre de guerras intestinas. Y si para eso hay que romper la baraja, Lappí y Quintero están dispuestos.
En resumen: se vienen meses de despacho más que de fútbol, cafés cargados y más de un titular jugoso. El sevillismo observa con atención. Y la pregunta es clara: ¿será Lappí el nuevo patrón de Nervión? La respuesta, como siempre, se cuece en silencio… pero promete dar ruido.