Se viene el calor y con él, las polémicas de siempre: la piscina comunitaria. Pero, ¿qué pasa si no la usas? ¿Puedes librarte de pagar su mantenimiento o las derramas? Te lo contamos sin rodeos.
Todos los veranos pasa igual: llega junio, los vecinos desempolvan el flotador, se reabre la piscina comunitaria… y también se reabren los debates de siempre en la comunidad. Que si el cloro, que si los horarios, que si la derrama para arreglar el bordillo. Y entonces, tú, que no te has bañado desde 2014, te haces la gran pregunta: “¿Tengo que pagar si no la uso?” Spoiler: sí.

La Ley de Propiedad Horizontal lo deja claro. En su artículo 9, apartado e), dice que todos los propietarios están obligados a contribuir al mantenimiento de las zonas comunes, ya sea el ascensor, el portal, el tejado… o la piscina. Da igual si no sabes nadar, si eres alérgico al sol o si prefieres bañarte en vinagre antes que compartir chapuzón con tu vecino del quinto. No usar una instalación comunitaria no te exime de pagarla.
¿Hay alguna excepción que permita no pagar la Comunidad?
Pues sí, pero no es sencilla. Si quieres librarte legalmente de pagar por el mantenimiento de la piscina, tiene que estar expresamente recogido en los Estatutos o en el Título Constitutivo de la comunidad. Y no vale un “yo no firmé eso”. Tiene que ser aprobado por la mayoría y reflejado por escrito. Así que si tu edificio ya tiene piscina desde hace años, lo más probable es que te toque pagar igual que al resto.
¿Y si hay una derrama de una zona que no voy a usar nunca?
Peor me lo pones. Si la comunidad decide hacer una derrama para reparar una fuga, cambiar el suelo o poner luces LED para hacer la piscina más “cool”, también te toca rascarte el bolsillo. Y si no pagas, la comunidad puede reclamarte la deuda e incluso llevarte a juicio. La piscina no se libra con excusas.
Conclusión: la piscina es de todos… y el gasto también
Así que sí, la noticia es que, aunque no la uses, tienes que pagar. Porque al final, la piscina es un bien común, y mantenerla es responsabilidad compartida. Lo bueno es que, si un día te animas, podrás darte un chapuzón con toda la tranquilidad del mundo… y con todo pagado.