¿Tienes algún viejo móvil olvidado por casa? Quizá sea hora de mirar bien ese cajón que nunca abres, porque podrías estar guardando un pequeño tesoro. Y no hablamos en sentido figurado.
Hay un modelo concreto de smartphone que ha pasado de ser un icono tecnológico a convertirse en objeto de deseo para coleccionistas que vuelve a ser tendencia, con un valor que puede superar al de un apartamento pequeño en muchas ciudades de España.
El primer iPhone vale hoy más que un apartamento
El protagonista de esta historia es el primer iPhone, ese que Apple lanzó allá por 2007 y que solo estuvo en el mercado un año, antes de ser sustituido por versiones más avanzadas. En su momento costaba unos 599 dólares, pero hoy —si está completamente nuevo, sellado y sin abrir— puede superar los 60.000 euros en subastas especializadas. ¿El motivo? Su rareza y estado de conservación.
La historia más sonada es la de Karen Green, una tatuadora que recibió uno como regalo en su nuevo trabajo, pero jamás llegó a utilizarlo porque no era compatible con su operador. En lugar de devolverlo o venderlo, lo metió en un cajón… y ahí se quedó. Años después, se dio cuenta de que su decisión de no usarlo había sido una inversión involuntaria: el dispositivo fue subastado por más de 63.000 dólares.
¿Y por qué tanto revuelo por un móvil? Pues porque no es solo un teléfono, es una pieza de historia. El primer iPhone cambió por completo la forma en que entendemos la tecnología y abrió el camino a la era de los smartphones. Por eso, tener uno sellado es como poseer una reliquia moderna, una especie de primer ejemplar de una revolución.
Eso sí, no te emociones demasiado pronto. Si tu viejo iPhone está usado, rayado, sin caja y con la batería hinchada, lo más probable es que no valga más que para reciclar. Pero si por casualidad tienes uno precintado, casi sin tocar… tal vez te hayas hecho con un billete dorado sin saberlo.
Así que ya sabes: antes de tirar esa caja polvorienta con “cosas viejas”, mira bien. A lo mejor tu próximo viaje, coche o entrada VIP al concierto de tu vida… está ahí dentro, esperando a ser redescubierto.
