Noruega, conocida por sus fiordos y paisajes épicos, está a punto de poner su nombre en lo más alto de la ingeniería mundial con una obra de otro nivel: el Boknafjordtunnelen o Túnel de Boknafjord. Con 27 kilómetros de longitud y 392 metros de profundidad bajo el nivel del mar, se convertirá en el túnel de carretera más largo y profundo del mundo.
El túnel de carretera más largo y profundo del planeta
Esta colosal estructura conectará los municipios de Bokn y Randaberg, atravesando el fiordo Bokna, y será clave en la nueva E39, una autopista que recorre la costa noruega de sur a norte, desde Kristiansand hasta Trondheim. Pero lo realmente revolucionario es cómo cambiará la forma de viajar por esta zona. Actualmente, para recorrer apenas 40 kilómetros en línea recta entre ambas localidades, hay que embarcarse en hasta siete trayectos en ferry, lo que puede tomar más de 21 horas. Con el nuevo túnel, el trayecto se reducirá en más de 10 horas y se acortará en 50 kilómetros.
El túnel, noticia en los últimos días, no solo batirá récords por tamaño y profundidad: incluirá una rotonda subterránea para distribuir el tráfico y contará con ventilación avanzada, iluminación inteligente y zonas seguras para evacuación. Todo pensado para hacer la experiencia de conducción segura y eficiente.

El proyecto forma parte del plan Rogfast y representa una apuesta estratégica para el futuro del país. La idea es clara: aumentar la seguridad vial, conectar regiones aisladas, fomentar el uso de coches eléctricos y, además, reducir la huella de carbono eliminando el uso de ferris contaminantes.
Aunque se espera que el túnel esté terminado en 2033, las obras avanzan con buen ritmo. Los ingenieros están trabajando desde varios frentes a la vez, con maquinaria especializada que opera día y noche. También se están instalando sensores y sistemas de control digital para monitorizar la estructura en tiempo real y garantizar su seguridad durante y después de la construcción.
El Túnel de Boknafjord no es solo una vía subterránea; es un ejemplo del ingenio humano y una muestra de cómo la infraestructura puede transformar un país. Con cada kilómetro perforado, Noruega no solo acerca regiones, también nos acerca al futuro.