Si llevas tiempo entrenando y sientes que necesitas un nuevo estímulo, los ejercicios pliométricos pueden ser justo lo que buscas. No son para principiantes ni para quienes quieren tomarse el deporte con calma, pero si ya tienes cierta base y estás dispuesto a sudar de verdad, este tipo de entrenamiento puede ser un game changer en tu rutina.
De qué es exactamente la pliometría, para quién está pensada y sus principales beneficios vamos a hablar a continuación. Te adelantamos que, si eres de los que se toma en serio la actividad física hasta el punto de haberla incluido en su estilo de vida diario, tienes que conocerla.
La importancia de la pliometría en el entrenamiento
Vamos al grano: ¿qué es la pliometría? Básicamente, se trata de ejercicios explosivos que combinan fuerza, potencia y velocidad. Piensa en saltos, sprints, flexiones con palmada o incluso en esas cuerdas que se mueven con furia en los vídeos de Instagram. Todo lo que implique estirar y contraer los músculos rápidamente, lo que en lenguaje de gimnasio se traduce en: vas a trabajar duro, pero con resultados reales.
Lo ideal de este tipo de entrenamiento es que activa tanto los músculos como las articulaciones, y, según expertos como la fisioterapeuta Laura Wilson, también mejora la salud ósea, la flexibilidad y la eficiencia de los tendones. Por eso es habitual que deportistas profesionales lo incluyan en su preparación: ayuda a prevenir lesiones y a mantener un cuerpo fuerte y ágil.
Eso sí, tiene su truco. No es algo que debas hacer a diario ni mezclar con cualquier rutina diaria. Lo más recomendable es reservar un día a la semana solo para ejercicios pliométricos. Créeme, no te van a quedar muchas ganas de hacer más cosas ese mismo día. Y lo mejor: se pueden combinar fácilmente con tus rutinas de fuerza o cardio.