Lo que comenzó como una idea entre excéntrica y científica se convirtió en un verdadero espectáculo en Los Ángeles. El pasado 25 de abril, en el LA Center Studios, se celebró la primera carrera de espermatozoides organizada por la startup Sperm Racing, ante la mirada curiosa de más de 400 asistentes. Y no, no fue solo por diversión: detrás del evento hay un mensaje claro sobre salud reproductiva masculina.
Así fue la primera carrera de espermatozoides
Los protagonistas de esta peculiar competencia fueron Tristan Mykel (USC) y Asher Proeger (UCLA), dos universitarios californianos que donaron sus muestras para competir en una pista de 20 centímetros especialmente diseñada para simular el sistema reproductivo femenino. El recorrido incluyó señales químicas y flujos controlados que replicaban, en lo posible, el entorno real que enfrentan los espermatozoides.
El evento se vivió como si fuera una final deportiva. Las muestras fueron seguidas por cámaras de alta resolución, ampliadas hasta 40 veces, y transmitidas en directo. Hubo estadísticas, repeticiones, comentarios en tiempo real… todo lo necesario para que el público pudiera seguir la carrera al detalle, casi como si estuviera viendo un partido de fútbol.

Pero más allá del show, el objetivo era generar conversación sobre un tema que rara vez se pone en el centro del debate: la fertilidad masculina. La calidad del esperma ha bajado notablemente en las últimas décadas, y los expertos alertan de que factores como el estrés, la alimentación o la contaminación podrían estar detrás de esta tendencia.
Según Eric Zhu, el joven de 17 años detrás del proyecto, la idea es romper tabúes y fomentar hábitos más saludables entre los hombres. Y aunque hubo quien criticó la mezcla de ciencia y entretenimiento, lo cierto es que la carrera ha logrado lo que buscaba: ser noticia y poner el tema sobre la mesa con una sonrisa en la cara.