La muerte del papa Francisco ha abierto oficialmente un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia Católica. El mundo vuelve la vista al Vaticano, donde pronto se iniciará el cónclave, ese proceso solemne y reservado en el que los cardenales electores eligen al nuevo pontífice.
De los 252 cardenales actuales, solo 129 podrán votar —los menores de 80 años—, y entre ellos hay cinco españoles con derecho a voto. Todos son figuras reconocidas y con trayectorias destacadas, aunque, como vienen indicando las noticias, no todos llegan con las mismas opciones.
Los 5 españoles que pueden suceder a Francisco como Papa
Uno de los nombres más repetidos es el de Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y ex presidente de la Conferencia Episcopal Española. Conocido por su cercanía al papa Francisco y su enfoque reformista, Omella ha jugado papeles clave incluso en el panorama político catalán, mediando entre el Gobierno y los independentistas. Tiene experiencia, diplomacia y un perfil moderado que encaja con el legado del papa fallecido.
Le sigue Carlos Osoro, arzobispo emérito de Madrid, también muy cercano a Francisco y figura de consenso en muchos sectores eclesiásticos. Sin embargo, Osoro cumple 80 años el 16 de mayo, lo que le dejaría fuera del cónclave si este se retrasa demasiado.
Antonio Cañizares, con 79 años y una larga trayectoria en cargos vaticanos, es otro nombre sobre la mesa, aunque su perfil es más conservador y quizás menos alineado con las últimas reformas del Vaticano.
Más joven es Ángel Fernández Artime, asturiano de 64 años y primer salesiano en ser creado cardenal por Francisco. Su labor educativa y compromiso social lo colocan como una figura renovadora y muy respetada.
Cierra la lista José Cobo Cano, el actual arzobispo de Madrid. Con 59 años, es el más joven del grupo. Fue una apuesta personal del papa Francisco, que lo convirtió en cardenal apenas dos meses después de asumir su nuevo cargo. Su perfil pastoral y progresista lo convierten en un nombre a tener en cuenta para el futuro inmediato de la Iglesia.
Con el cónclave a punto de comenzar, queda por ver si alguno de ellos logrará sumar los apoyos necesarios. Lo que está claro es que España, con cinco electores activos, llega con voz y voto en este momento crucial para el catolicismo.
