Salir de fiesta ya no es lo que era. Y no lo decimos solo por la resaca o por los precios desorbitados de una copa, sino porque cada vez más gente prefiere quedarse en casa, ponerse el pijama y ver una serie antes que plantarse en la pista de baile.
¿Recuerdas cuando salir era casi obligatorio para socializar, conocer gente o simplemente despejarse del trabajo? Pues bien, esa época parece estar quedando atrás.
Adiós a ligar en la discoteca
Según medios como The Guardian, y respaldado por plataformas como Yelp, la gente cena cada vez más temprano y se va a la cama antes. El auge de los dispositivos para monitorizar el sueño y la obsesión por el autocuidado han dado paso a una vida nocturna más… doméstica. Dormir es el nuevo planazo. En redes, la tendencia es clara: velas encendidas, infusiones humeantes y pieles cuidadas. El glamour de la noche se ha trasladado al sofá.
¿Y los solteros qué? Durante décadas, las discotecas fueron el lugar por excelencia para conocer a ese “alguien”. Hoy, con los clubes cerrando antes y las apps de citas perdiendo usuarios, se busca el contacto humano en sitios inesperados: clases de yoga, rutas de senderismo, clubs de lectura o incluso citas sin alcohol. Sí, el “dry dating” está en auge y cada vez más gente prefiere conectar sin necesidad de pasar por la barra del bar.

Además, emergen formatos como las cenas entre desconocidos, organizadas por apps como Timeleft, que buscan devolver la magia a la conversación cara a cara. Y si antes pedir que te presentaran a un amigo sonaba anticuado, ahora es casi un acto revolucionario. La clave está en cambiar el chip y el lifestyle: conocer a alguien hoy es más “mentalidad Glovo” que “amor a primera vista”.
Puede que la noche ya no sea lo que era, pero no está todo perdido. Entre paseos, meriendas con té y algún match afortunado, seguimos buscando —a nuestra manera— a ese alguien con quien compartir algo más que la contraseña de Netflix.