El FC Barcelona siempre ha sido un club referente en la formación de jóvenes talentos, y en los últimos años ha vuelto a demostrarlo con jugadores como Lamine Yamal. Ahora, una nueva promesa empieza a brillar en La Masia: Ebrima Tunkara, un joven de origen gambiano que se ha convertido en una de las grandes esperanzas de la cantera azulgrana.
A pesar de jugar habitualmente en el centro del campo, su entrenador en el Cadete B, David Sánchez, también lo ha alienado en alguna ocasión como delantero. Lo pongan donde lo pongan marca la diferencias gracias a su enorme talento.
Ebrima Tunkara, una historia de esfuerzo y superación
El camino de Ebrima hasta llegar al Barça no ha sido fácil. Su padre, Abdul Tunkara, emigró de Gambia a España en 2007 en busca de una vida mejor. Con esfuerzo, consiguió establecerse en Cerdanyola y, en 2017, pudo traer a parte de su familia, incluido Ebrima, que en aquel momento tenía solo siete años.
Desde pequeño, el fútbol fue su gran pasión. En Gambia jugaba descalzo en la calle, sin formar parte de ningún equipo, solo por diversión con sus amigos. Ya en España, un amigo de su padre le animó a apuntarse al Cerdanyola FC, donde no tardó en llamar la atención de los ojeadores del Barça. Apenas necesitó medio partido para que Albert Puig, técnico de La Masia, diera la orden de ficharlo. Así comenzó su aventura en el fútbol base azulgrana en 2018.
El nuevo Lamine Yamal de La Masía
Adaptarse al estilo de juego del Barça no fue sencillo al principio. Aunque sus condiciones naturales eran espectaculares, le costó asimilar la metodología de la cantera azulgrana. Sin embargo, con trabajo y dedicación, fue progresando hasta convertirse en uno de los futbolistas más prometedores de su categoría. Su potente zurda, su capacidad para desequilibrar y su visión de juego le han hecho destacar en cada equipo por el que ha pasado.
A pesar de su meteórica progresión, Ebrima sigue siendo un chico humilde. Vive en La Masia desde 2021 y quienes le conocen destacan su educación, compañerismo y respeto. No es un futbolista que se deje llevar por la fama o el éxito; mantiene los pies en la tierra y sigue enfocado en mejorar cada día. Su padre ha sido clave en inculcarle estos valores, recordándole siempre el esfuerzo que hizo su familia para darle una vida mejor.
Además de ser disciplinado con el fútbol, es un apasionado del ping-pong y el futbolín, disfruta conversando con sus compañeros en lugar de pasar el tiempo en el móvil y, aunque cuida su alimentación, confiesa que tiene debilidad por el chocolate y los dulces.
Un futuro prometedor en el Barça… y con España
En el terreno de juego, Ebrima combina fuerza, velocidad e inteligencia. Puede jugar tanto de interior como de extremo, y su capacidad para leer el partido le permite adaptarse a distintas situaciones. Su remate con la pierna izquierda es letal y sabe moverse tanto en espacios reducidos como a campo abierto.
Aunque aún es joven, su progresión ilusiona a los técnicos del Barça. Suele llevar el número 10 en la camiseta, y no solo por su talento con el balón, sino también por su actitud dentro y fuera del campo. Tres cuartos de lo mismo sucede con los de la selección española de fútbol.
El tiempo dirá si logra convertirse en una estrella, pero si algo está claro es que su talento y mentalidad hacen pensar que puede llegar lejos. Con trabajo y constancia, Ebrima Tunkara tiene todo para ser una de las grandes historias de éxito de La Masia.
