El debate sobre si el vino o la cerveza engordan más es uno de esos clásicos que surge entre amigos mientras comparten una copa o una caña. Ambas son bebidas muy populares en España, pero ¿realmente hay una diferencia significativa entre ellas en términos de calorías y beneficios para la salud?
Qué tiene más calorías el vino o la cerveza
Si nos fijamos en las calorías, el vino lleva la delantera, pero no precisamente por ser más ligero. Por cada 100 gramos, el vino contiene 78 calorías, mientras que la cerveza aporta 33 calorías. En teoría, esto significa que, en cantidades iguales, el vino engorda más.
Sin embargo, hay un detalle importante: las cantidades. Es mucho más común consumir más volumen de cerveza que de vino. Una copa de vino tinto (unos 150 ml) tiene unas 125 calorías, mientras que una caña (250 ml) aporta alrededor de 90 calorías. Así que, al final, todo depende de cuánto bebas.
¿Qué es menos dañino, beber vino o cerveza?
Cuando hablamos de beneficios o daños para la salud, el vino suele ganar puntos. El vino tinto, en particular, contiene polifenoles, unos antioxidantes que ayudan a reducir la inflamación y protegen contra enfermedades cardiovasculares. Esa idea de que “una copa de vino al día es buena para el corazón” no es solo un mito, aunque siempre con moderación.
La cerveza, por su parte, no se queda atrás. Aunque no tiene los antioxidantes del vino, sí aporta vitaminas del grupo B, potasio y magnesio, lo que la hace más nutritiva en algunos aspectos.
¿Entonces, qué es mejor beber vino o cerveza?
La respuesta a esta pregunta que es tendencia en los últimos meses depende de tus prioridades. Si buscas algo con menos calorías, quizás una cerveza pequeña sea mejor opción, pero si te interesa cuidar el corazón, una copa de vino tinto puede ser más adecuada. Eso sí, siempre dentro de los límites recomendados: 400 ml de vino o 700 ml de cerveza al día para hombres y algo menos para mujeres.
En conclusión, tanto el vino como la cerveza pueden disfrutarse como parte de una dieta equilibrada, siempre que su consumo sea moderado. La clave está en disfrutar con cabeza y moderación.
