El cambio de horario es una práctica adoptada en muchos países para aprovechar mejor las horas de luz natural y, teóricamente, reducir el consumo energético.
El próximo domingo 27 de octubre será el momento de ajustar los relojes para adaptarse al horario de invierno, lo que significa que deberemos retrasar los relojes una hora. Algo que provocará que anochezca una hora antes, con lo que eso supone para nuestro organismo.
Los efectos del cambio de hora en invierno
Tal y como apuntan diferentes estudios, el cambio al horario de invierno no pasa desapercibido para nuestro cuerpo, dado que es frecuente que suframos diferentes efectos del reajuste horario como los siguientes:
El impacto en el reloj biológico
El cuerpo humano posee un reloj biológico que regula los ciclos de sueño y vigilia, conocido como el ritmo circadiano. Este ciclo está directamente relacionado con la luz solar, por lo que cambios radicales en la exposición a la luz, como ocurre cada vez que hay un cambio de horario, lo desajustan.
Al retrasar los relojes en otoño tenemos más luz por la mañana, pero anochece antes, lo repercute en la percepción de nuestro cuerpo sobre los días.
Efectos sobre el sueño y el estado de ánimo
Uno de los efectos más inmediatos que se experimentan con el cambio de horario es la alteración del sueño. Y es que, aunque ganemos una hora de sueño en la madrugada del domingo 27 de octubre, muchas personas sufren cierta dificultad para adaptarse a la nueva rutina, sintiendo fatiga, somnolencia diurna y una sensación de desorientación durante los primeros días.
Este desajuste puede ser especialmente complicado para quienes ya tienen problemas para dormir o siguen horarios estrictos.
Por otro lado, también está demostrado que la reducción de la luz solar por las tardes puede influir en el estado de ánimo.
Esto se debe a que, al oscurecer más temprano, se incrementa la sensación de fatiga mental y física, lo que en algunos casos, puede provocar episodios de tristeza o apatía, síntomas comunes del trastorno afectivo estacional (TAE), una condición relacionada con la falta de luz solar.
Consejos para adaptarse al cambio
Para minimizar los efectos del cambio de horario, los expertos recomiendan mantener una rutina de sueño regular, exponerse a la luz natural durante el día, especialmente por la mañana, y evitar las siestas largas que puedan interferir con el sueño nocturno. Toma buena nota y evita los efectos adversos del cambio de horario en invierno.
