Si cada vez que te tomas la tensión, el resultado te da un número rojo, puede que estés centrando tu atención en el enemigo equivocado.
Sí, todos sabemos que hay que reducir la sal para controlar la hipertensión, pero la ciencia tiene una nueva aliada contra la presión arterial alta: el potasio.
Potasio, clave en la lucha contra la hipertensión
Ese mineral del que apenas se habla, ignoradísimo en las dietas españolas, resulta ser uno de los más efectivos a la hora de mantener a raya el temido “número de arriba”. Según un nuevo estudio publicado en Renal Physiology, aumentar la proporción de potasio respecto al sodio en la dieta es incluso más eficaz que solo reducir la sal.
Y aquí viene la parte que debería hacernos reflexionar: más del 60 % de la población mundial no consume suficiente potasio. ¿Y eso qué implica? Pues que miles de personas están perdiendo la oportunidad de reducir su riesgo de infarto, ictus, fallo renal o arritmias, solo por no comer más plátanos, brócoli o aguacates.
Según la Dra. Anita Layton, experta de la Universidad de Waterloo, añadir más alimentos ricos en potasio a la dieta diaria podría marcar una diferencia real en la salud cardiovascular. Y no estamos hablando de dietas extremas: lentejas, espinacas, boniato, nueces, naranjas o semillas también están llenos de este mineral milagroso.

El potasio y el sodio son electrolitos: controlan el equilibrio de líquidos, los impulsos nerviosos y la contracción muscular. Pero en el mundo moderno, donde todo lleva sal y casi nada lleva potasio, el equilibrio se rompe, y aparece la hipertensión.
¿La solución? Muy sencilla: pon más verde en tu plato. Añade frutas, verduras, legumbres y semillas, reduce los ultraprocesados cargados de sodio y acompaña todo con ejercicio, descanso y una mente tranquila.
Tu corazón no necesita que seas perfecto, solo que le des más potasio. Y tu estilo de vida y, sobre todo, tensiómetro, probablemente, te lo agradecerá.